domingo, 1 de diciembre de 2013

Recorriendo Chile: El muso de la Moda.

El Museo de la ModaINTRODUCCION

Normalmente la moda es considerada un asunto superficial, pero si se la ve como un objeto de estudio, entonces la perspectiva cambia y se puede hablar de esta como una expresión del quehacer humano, en definitiva, como un arte.
Para hablar del Museo de la Moda, necesariamente hay que referirse la familia Yarur.
 De tradición en la industria textil, el impulso creativo trasmitido por generaciones ahora decantó en este proyecto cultural, que comenzó con la colección personal de don Juan Yarur, compuesta por vestuario y objetos de las décadas de 1950 y 1960. Además, la casa que fuera domicilio personal de la familia ha sido habilitada para ser usada como centro de operaciones de la fundación.

Gracias a Jorge Yarur, presidente y fundador del museo, hoy la colección asciende a más de ocho mil elementos, que reflejan la historia y la percepción humana desde el siglo XVII hasta nuestros días. Entre sus objetos hay accesorios deportivos, obras de arte, uniformes de guerra y artículos únicos de la moda nacional e internacional.

Las Exhibiciones

El museo se divide en tres secciones: dos de muestra permanente con la historia de la familia y otra dedicada al tenis y una tercera, que cambia según el tema tratado.

En la primera se pueden apreciar tanto instalaciones audiovisuales, como la casa de 1961, de estilo moderno y minimalista, cuya decoración estuvo a cargo de Mario Matta, hermano del pintor Roberto, del que también hay un cuadro.
 
La sección dedicada al tenis cuenta con una amplia colección como respaldo, compuesta por objetos que van desde tratados de tenis del año 1530, hasta poleras y raquetas de próceres nacionales del deporte blanco. Esta muestra varía su exhibición según la temática principal. Respecto de esta, lo que prima ante todo es la vestimenta, que se complementa con objetos relacionados y según sea el caso, exclusivos elementos audiovisuales, para evocar la época a la que se hace referencia.

Para el visitante al museo, la experiencia se podría comparar a una visita al cine o al teatro: entre pasillos casi en penumbras, acompañados de envolvente música, aparecen vitrinas que realzan majestuosamente los objetos, gracias a una cuidada y tecnologizada iluminación. 

La luz trasmitida por fibra óptica, no genera calor ni despigmenta las telas y se activa sólo con sensores de movimiento. Además, en el recinto funciona un sistema de aclimatación que mantiene un 50% de humedad y una temperatura entre 18º y 20º.