Con el propósito de
mostrar la historia y el arte de una de las culturas más antiguas de la
Humanidad, el Museo de la Revolución China y el Museo de Historia de China se
han unido en el Museo Nacional de China, cuya ampliación ha llevado a cabo el estudio de
arquitectura alemán GMP. El nuevo museo resultante, de 191.900 m2, ha
resultado ser el mayor
del mundo.
El edificio consta de cuatro entradas, cada una señalando a un punto cardinal. El hall de 260
metros de longitud se ha ensanchado al centro rodeando la entrada principal, ya
existente de la plaza
Tian’anmen, creando un ‘forum’.
La entrada
orientada al oeste se caracteriza por
los esbeltos pilares conectados por entablamento que sujeta el porche de nueva
creación mediante un elemento clásico de la arquitectura china llamado dougong.
En el ala norte, cuya
entrada se encuentra en la avenida Chang’an, se encuentra laexposición sobre historia
moderna china. Y por la entrada orientada al sur se
accede a la zona de administración y a la
biblioteca.
El tejado realizado
de placas metálicas de bronce continúa la tipología de los de la Ciudad Prohibida y el edificio original, de color
amarillo, actualizando los materiales. Estas placas llevan unas perforaciones
que filtran la luz produciendo la atmósfera característica de las casas de la
China tradicional, que también se puede encontrar en las balaustradas, y están
basadas en una trama artesana que se expone en la colección del Museo.
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